Los hábitos y las costumbres se forman en la familia.
El desarrollo de la inteligencia también es, en parte, influjo de la familia. Los niños tendrán mayor capacidad si tienen un ambiente familiar estimulante y motivador.
Toda esta influencia familiar es posible gracias a dos factores:
La influencia de la familia interviene en el desarrollo afectivo del niño o la niña, le da confianza en si mismo y en los demás, empezando por los propios padres. También intercede en la formación de la función sexual. El niño empezará a conocer la diferencia de sexo en sus propios padres o hermanos.
Uno material, que se refiere a las características de la vivienda, los juguetes y los libros que existen en el hogar, todo aquello que se utilizara para motivar al niño.
Otro afectivo, es decir, relativo a las relaciones que se establecen entre los miembros: si es el padre solo el que estimula a los niños, o si estos juegan solos, por ejemplo.
5 TIPS para mejorar
De las relaciones que se dan entre padres e hijos las que más interesan en este apartado son las relaciones que forman actitudes educativas:
1. Fomentar la expresión de los deseos de cada componente de la familia.
2. Evitar tensiones fuertes que ataquen la personalidad del niño.
3. Mantener la estabilidad en cuanto afectos de los padres para con los hijos.
4. Obtener los recursos económicos necesarios y suficientes.
5. Mantener un ambiente dentro de la moral y los valores.
La Familia ejerce una gran influencia en el niño o niña, por ello, existe la necesidad de saber qué esa influencia debe estar dirigida para el buen desarrollo y que no provoque actitudes negativas en el niño.
Fuente: Psicopedagogía